El labrador, una de las mejores razas para tener como un integrante más de tu familia
El labrador, principalmente conocido por ser un perro lazarillo, posee otras muchas características que, aunque sean menos conocidas, hacen que sea un perro preparado y para vivir en cualquier lugar y adaptarse a cualquier familia.
Si estás dudando si comprar o no un perro labrador, aquí te presentamos sus características físicas y las particularidades de su carácter.
Existen dos variedades de labrador: inglesa y americana. La diferencia fundamental que se puede apreciar físicametne radica en que el labrador inglés es más ancho y fornido, mientras que el americano es más alto y desgarbado.
Los hay en varios colores: negro, chocolate y dorado. Su pelo es liso, de doble capa y muy grueso. Su cabeza es ancha y su nariz negra en los de color negro o chocolate y amarilla en los de pelaje dorado. Su boca es bastante pronunciada y su cuello muy amplio. Su cuerpo, por norma general, es más largo que alto.
No obstante, algo que debes tener claro desde el principio es que el labrador es un perro grande. No creas que se quedará siempre como el pequeño cachorro que llevamos viendo toda la vida en el famoso anuncio publicitario del papel higiénico.
Sin embargo, a diferencia de otros perros, tienen una gran ventaja en lo que a su pelo se refiere. Es corto y muy fácil de manejar, además de resistente al agua. Esto quiere decir que no se le harán nudos ni tendrás que pasar horas peinándolo cuando lo bañes. Su pelaje quedará siempre intacto secándose al aire libre.
El labrador es de sobra conocido por su lealtad, bondad, empatía y compasión. Siempre está dispuesto a ayudar. Sufrirá cuando tú sufras y querrá hacer lo imposible por animarte cuando te note triste.
No te molestará si no estás de ánimo, pero será tu compañero de juegos y aventuras siempre que lo necesites. Con los niños es un perro excepcional. Aguantará todo lo que le hagan y lo hará sin sentirse obligado, pues le encanta estar con ellos y jugar.
El labrador es un perro de carácter amable y confiado. Suele ser respetuoso con otros perros, aunque puede ser un poco suspicaz y reticente ante los desconocidos, especialmente cuando aún es cachorro. Por este motivo, es importante que desde muy pequeño le ayudes a socializar con otras personas que no formen parte de su entorno habitual.
Quizá has escuchado a algún dueño decir que su labrador es “destructor” o tiene conductas destructivas. Ciertamente los hay, pero no porque sea esta una característica intrínseca de su raza, sino porque el labrador necesita sentirse parte de una manada. Sin embargo, sentirse parte de una manada no significa tener que dominarla. ¿Quién debe ser el jefe de su manada en este caso? Su dueño: tú.
Si el perro no siente que tú eres su líder, su conducta se alborotará y se convertirá en un perro desobediente. Ten por seguro que si lo adiestras desde cachorro, él sabrá obedecer, así que no te preocupes, está en su carácter dejarse enseñar.
Enséñale desde pequeño a no entrar por una puerta -aunque sea la de casa- antes que las personas, a comer después de ti o a venir cuando lo llames aunque sea para regañarle. Demuéstrale que tú eres el que manda. De esta manera cuando crezca será un perro dulce, tierno y obediente.
A pesar de su gran tamaño y en comparación con otros perros grandes, un labrador podrá vivir sin ningún tipo problema en un apartamento pequeño. Eso sí, siempre y cuando realice ejercicio periódicamente y esté en buena forma.
Debido a su fortaleza y tamaño, el ejercicio que el labrador necesita es intenso. Puede ser correr detrás de ti en mientras vas en bicicleta o ir juntos a hacer footing. Si vives en una zona de playa donde se permitan perros, dale rienda suelta a su adrenalina siempre y cuando estés seguro de que responderá a tus llamadas.
Sin embargo, aunque realices ejercicio físico con tu labrador frecuentemente, recuerda que no debes sobrealimentarlo nunca. Esta es una raza con una fácil tendencia a engordar, por lo que comer de más podría provocarle en el futuro muchas problemas relacionados con la obesidad.
¿Quieres un perro dulce, tierno, obediente, adiestrable, cariñoso, leal y bueno con los niños que además se adapte a vivir en un lugar pequeño o te pueda servir de guía y acompañante? No lo pienses más, ¡el labrador es tu mejor opción!
Comentarios
Publicar un comentario